La fortaleza de los relatos

La fortaleza de los relatos

Instrucciones

Lee con atención cada acertijo y elige la respuesta correcta para obtener la mayor cantidad de cristales posibles.

El avaro y su oro

EL AVARO Y SU ORO


Una fábula de Esopo

Un avaro vendió todo lo que tenía y compró una pepita de oro que enterró en un hoyo al lado de un viejo muro. Todos los días iba a visitar el lugar. Uno de sus empleados se percató de las frecuentes visitas del avaro al lugar y decidió espiar sus movimientos. El empleado pronto descubrió el secreto del tesoro escondido, y cavando, dio con la pepita del oro y la robó. El avaro, en su siguiente visita, se encontró con el hoyo vacío y comenzó a tirarse el pelo y a proferir lamentos. Un vecino, al ver su dolor y adivinar la causa, le dijo: “¡No lleva a nada el lamentarse! Ve, trae una piedra, métela en el hoyo y simula que el oro aún sigue ahí. Te hará el mismo servicio, pues cuando el oro estaba ahí era como si no lo tuvieses, ya que nunca hiciste el más mínimo uso de él”.

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  • Pregunta 1

    Instrucciones: Lee las siguientes frases y enuméralas según el orden de los acontecimientos en el texto.

    • El avaro decidió convertir todo su dinero en una pepita de oro.

    • Un hombre robó el oro del avaro.

    • El avaro cavó un hoyo y escondió en él su tesoro.

    • El vecino del avaro le dijo que sustituyese el oro por una piedra.

  • Pregunta 2

    ¿Cómo consiguió el avaro una pepita de oro?

  • Pregunta 3

    He aquí la parte de la conversación entre dos personas que leyeron El avaro y su oro.

    Interlocutora 1
    El vecino fue cruel. Podía haber aconsejado sustituir el oro por algo mejor que una piedra.

    Interlocutor 2
    No, no podía. La piedra era importante en la historia.


    ¿Qué podría decir el interlocutor 2 para justificar su punto de vista?